A diferencia de una partida clásica donde dos jugadores coinciden frente al tablero, aquí el espacio y el tiempo adquieren otra dimensión. Los jugadores separados por la distancia geográfica, pueden participar en una partida con otra persona de cualquier lugar del mundo, adaptar su disponibilidad de tiempo a practicar este deporte sin alterar el equilibrio familiar o profesional (torneos en fin de semana, desplazamientos a otras ciudades, reuniones en clubes, etc). 

En una partida de estas características, el espacio es el propio hogar del jugador; el tiempo de duración del enfrentamiento se dilata, permitiéndole atender otras obligaciones, profundizar en la técnica, analizar cada partida con más atención, soportar menos tensión psicológica, cometer menos errores, estudiar obras de consulta, en definitiva, vivir la pasión por este juego en un contexto diferente.


Esta manera de jugar al Ajedrez tiene otro encanto añadido: la posibilidad de intercambiar sellos de correos con jugadores de otros países, la de ampliar una temática, la de conocer lugares lejanos a través de los sellos de correos.

Esta modalidad de juego se ha desarrollado desde la antigüedad. Algunas fuentes indican que ya se jugó en el siglo XII; otras nos hablan de una partida por correspondencia disputada entre el Rey Enrique I de Inglaterra (1100-1135) y el Rey Louis VI de Francia (1108-1137), enviando las jugadas a través del Canal de la Mancha. Fuera como fuere estamos seguros que a lo largo de la historia se habrán desarrollado muchas partidas por correspondencia. Sin embargo, es durante el siglo XIX cuando adquiere gran importancia con la aparición del sello de correos. El primer torneo oficial de ajedrez por correspondencia fue el celebrado entre el Círculo de Ajedrez de Londres y el de Edimburgo a cinco partidas, comenzando en abril de 1824 y terminando en julio de 1828, con el resultado de Edimburgo 2, Londres 1, Tablas 2.

Alekhine aprendió a jugar al ajedrez enseñado por su madre y hermano cuando tenía 11 años, un año después, en 1904 jugaba al ajedrez por correspondencia. Keres fue un gran jugador de ajedrez por correspondencia, en 1933 se inscribió en varios torneos postales llegando a jugar a la vez 150 partidas y, algunas de ellas, son verdaderas joyas del ajedrez de ataque con arriesgados sacrificios. Euwe también fue un ajedrecista entusiasta del juego por correspondencia durante algunos períodos de su carrera del ajedrez. Y muchos más...

En el ajedrez por correspondencia los movimientos son comunicados por cualquier forma de transmisión a larga distancia, carta, tarjeta postal, telegrama, etc, utilizando en algunos casos tarjetas especialmente diseñadas para esta actividad.



En las partidas por correspondencia se utiliza la notación algebraica, también llamada francesa e inventada por Philippe Stamma en el siglo XVIII. Existe también la notación postal, llamada notación de Koch, que se encuentra en desuso. Consiste en numerar las filas del 1 al 8, de izquierda a derecha y las columnas, comenzando en las blancas, también del 1 al 8. A cada casilla le corresponde un número de dos cifras: 45 = columna 4, fila 5.

Ejemplo:
1er movimiento: 1. e4 (notación algebraica), aquí sería 1. 5254 (el peón blanco del Rey avanza desde e2 a e4).

En la notación de este sistema no se indica la pieza que se mueve y el enroque se anota con el movimiento del Rey. Una pieza que es promovida se muestra con un quinto dígito, por ejemplo: 1, 2, 3, y 4, para la Reina, Torre, Alfil y Caballo.


Escrito por
José Manuel Lagarejos Santano