Uno de los episodios más curiosos, pintorescos y poco conocidos de la historia contemporánea de Europa lo protagonizó la ciudad históricamente llamada Fiume, y que hoy conocemos como Rijeka (Croacia). La Filatelia, tal y como ocurrió con otros muchos enclaves, regiones o estados ya desaparecidos como administraciones postales independientes, nos ha dejado el testimonio de la existencia de Fiume, por medio de sus sellos y de las cartas enviadas desde ella.
Veamos su historia, un tanto rocambolesca: la ciudad de Fiume, situada con su puerto en el mar Adriático, debe este nombre a sus primeros fundadores, los romanos, que la llamaron Flumen (río, en latín), al estar sita a la rivera del río Rjecina. En el s. XVIII, pasó a manos del Imperio Austriaco, y desde 1.870 se integró en el territorio soberano de Hungría, ya que la mayoría de los fiumanos eran ciudadanos de esta nacionalidad. Por tanto, la ciudad de Fiume fue, nada menos, el único puerto de mar que ha tenido (y que tendrá, presumimos) Hungría, y estaba enclavada en el territorio de Croacia, que con cierta autonomía, se integraba en aquel rompecabezas inverosímil del Imperio Austro-Húngaro. Hasta el final de la Primera Guerra Mundial, Fiume compitió en importancia con el otro puerto de mar que tuvo el Imperio Austro-Húngaro, la ciudad de Trieste, administrada por los austriacos.
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A esta época corresponde la carta de la imagen nº 1, enviada desde Fiume a Zúrich el 22 de junio de 1.917. Va franqueada con un sello húngaro de 50 filler (como se correspondía a un territorio de soberanía húngara) y lleva la etiqueta de certificado internacional. También presenta una marca de censura del ejército austrohúngaro en color lila (censor nº 98, que rubrica la carta con lápiz azul), al haber sido cursada en plena guerra mundial. La carta fue redireccionada a Saint-Moritz, como se ve por la corrección hecha a lápiz. El reverso de la carta, en la imagen nº 2, nos muestra los matasellos de las llegadas sucesivas a las ciudades de Zúrich y de St. Moritz, así como dos etiquetas adhesivas de cierre de la carta, puestas por la censura militar austrohúngara, más una nueva marca de censura, distinta a la del anverso, y poco visible.
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Terminada la Gran Guerra, Hungría perdió su soberanía sobre Fiume en virtud del Tratado de París de 1.919, y la ciudad fue ocupada por una fuerza militar aliada compuesta por norteamericanos, ingleses y franceses, quedando excluido su territorio de la nueva Yugoslavia. Eso duró poco tiempo, porque en ese mismo año los militares aliados fueron expulsados por un grupo de nacionalistas italianos que habitaba la ciudad, bajo el mando del héroe militar y poeta italiano Gabriele D’Annunzio. Su pretensión de anexionar a Italia la ciudad de Fiume fue denegada por la Sociedad de Naciones, lo cual llevó a D’Annunzio a crear el Estado Libre de Fiume en 1.920. Su constitución (la “Carta del Carnaro”) fue un precedente e inspiración para lo que sería el estado fascista italiano, aunque tenía un “toque lírico”: declaraba, textualmente, que “la música era el principio fundamental del Estado”. Entre 1.919 y 1.924, la ciudad y estado de Fiume emitió sus propios sellos de correos, ordinario y urgente, además de sellos de tasas y para impresos. La imagen nº 3 nos muestra varios sellos de Fiume de 1.919, y la nº 4, un sello de 1.920 dedicado al fundador del Estado de Fiume, Gabriele D’Annunzio.
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La aventura político-romántica de “Il Vate” (“el poeta”, apodo por el que se conocía a D’Annunzio en su tiempo) terminó pronto: en 1.922 la ciudad fue ocupada por tropas fascistas de Mussolini, recién ascendido al poder, y en 1.924, Fuime fue anexionada al estado italiano, con lo cual se puso fin a sus emisiones postales. Posteriormente, terminada la II Guerra Mundial, Fiume fue purgada de ciudadanos italianos y húngaros (fiumanos) por los partisanos yugoslavos, que la repoblaron con croatas y la integraron en el territorio de Yugoslavia. La cuidad pasó a adoptar el nombre de Rijeka, que proviene de la voz croata rika o reka, que también significa río, del mismo modo que flumen. Actualmente, Rijeka pertenece al Estado de Croacia, es su principal puerto marítimo, y tal vez el más importante del Mar Adriático.
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Escrito por:
Jesús González Herrera
Ideal estudio para una colección temáticas sobre… RIOS !!!
ResponderEliminarMotivos y selos ideal aos estudios, como diz Paco acima...buenas sorte y contamos com otras, saludos
ResponderEliminarGracias por darnos esa lección de historia. He compartido para que los mios, vean de la importancia de la filatelia como ciencia auxiliar de la historia.
ResponderEliminarUn gran artículo, la filatelia es cultura
ResponderEliminarMuchas gracias a todos por vuestros Comentarios.
ResponderEliminarUn saludo
Eso de la filatelia como ciencia auxiliar de la historia es una majadería. Cuando no hay testimonios escritos, la historia echa mano de otros saberes más o menos desarrollados, como la antropología, la arqueología, la paleografía, la heráldica, etc, pero no veo como la filatelia puede auxiliar la conocimiento histórico. Si acaso puede ayudar a enseñar historia como un complemento pedagógico, como es el caso de la entrada que comentamos.
ResponderEliminarRespetamos tu opinión, por supuesto, aunque no estamos de acuerdo con el tono máxime viniendo de un remitente "anónimo".
EliminarUn saludo