Nuestra imagen
del templo que comparte con la Catedral de Coria el más alto rango de la Diócesis
de Coria-Cáceres, ha sido siempre la
de un edificio esbelto, con su inconfundible torre, situado en el corazón del
casco antiguo, en una de las zonas que poseen un mayor movimiento y dinamismo
ciudadano. A primeros del siglo XX, como otros tantos inmuebles del recinto
monumental cacereño, lucía un poco descuidado, con su carga de siglos haciéndose
notar en cada una de sus piedras. Bajando
desde la Cuesta de Aldana, se observaba sobre la terraza que corona su torre,
un vetusto campanario escoltado por los flameros renacentistas que las cigüeñas
han convertido en atalayas donde posarse y edificar sus nidos. Toscas se veían entonces
las cubiertas del templo, oculta la elegancia de sus arbotantes y terrazas
laterales por una antiestética amalgama de mampostería y tejas. Junto a la
portada principal, la que ofrece sus vistas al Palacio Episcopal, un llamativo
rótulo anunciaba al visitante: “Plazuela
de Santa María”, similar a otros que repartidos por la ciudad monumental
dejaban constancia de la identidad de sus edificios o calles.
Calle de la Manga, con la torre de Santa María al fondo. Fotografía Xavier Parès, 1915, procedente de positivo estereoscópico de cristal.
Tarjeta Postal (circa 1910). Edición Manuel Cilleros, Cáceres.
En la mayor parte
de las fotografías procedentes de tarjetas
postales realizadas durante la primera mitad del siglo XX y hasta los años
sesenta, se aprecian estos elementos, luego desaparecidos como consecuencia de
las posteriores obras de restauración, siendo muy significativas las realizadas
en 1971, que afectarían precisamente a los tejados, pues era urgente la
devolución a su estado original.
Aspecto de la Iglesia de Santa María y alrededores durante los años 20 del pasado siglo. Tarjeta Postal de la serie de "Ernesto Ramos", Madrid, número 6.
Otros detalles se incorporarán y llegarán a
integrarse en el conjunto de forma que ya no lo concebimos sin ellos. El mejor
ejemplo, la imagen de San Pedro de
Alcántara, obra del escultor Pérez
Comendador, instalada en la esquina inferior de la torre, en un espacio que
se diría pensado para ella, y que fue bendecida en 1959.
También el aspecto
interior del edificio ha sufrido importantes cambios a lo largo de los años.
Antes de que en 1957 fuera elevada la Iglesia de Santa María a la categoría de
Concatedral, lucía el Retablo Mayor, obra maestra de Roque Balduque y Guillén
Ferrant con su disposición original, y en la nave central, se erigían, a
derecha e izquierda, los antiguos púlpitos de forja, luego retirados, uno de
los cuales podemos todavía contemplar junto a la capilla en la que se encuentra
la imagen del Cristo de las Batallas. El estado del templo aparece
magníficamente plasmado en una fotografía realizada en 1915 por Xavier Parès, para el Centre Excursioniste de Catalunya,
apreciándose, libre de bancos, el espacio de la nave central con perfecta
visión del presbiterio y los púlpitos. La primera de las adaptaciones que
hubieron de realizarse afectó precisamente al Retablo, con la incorporación de
la Sillería Alta en la que quedaría centrada la Silla o Cátedra del Obispo. Al tener
que elevar la altura, se suprimió el Calvario que lo coronaba, disponiéndose en
una capilla lateral, y ello hasta que en la última y más reciente restauración,
la operada en los años de 2012 a 2013, volvió a colocarse, corrigiendo aquella
mutilación que le había desprovisto en su día de la grandeza original de la
obra.
Aspecto interior del templo en fotografía de Xavier Parès, 1915, procedente de positivo estereoscópico de cristal.
También fueron
restaurados los importantes desconchados que en la portada principal del templo
produjeron los desgraciados acontecimientos sucedidos durante la Guerra Civil
Española, cuando en la mañana del 23 de julio de 1937, fue bombardeada la
ciudad y uno de los proyectiles fue a caer precisamente en la Plaza de Santa
María. Se encontraba entonces la Virgen de la Montaña, Patrona de Cáceres, en su interior,
y hubo que lamentar graves desgracias personales. El entonces Obispo de
la Diócesis, Monseñor Fray Francisco
Barbado Viejo, se adentró entre las ruinas para confortar a los heridos y
auxiliarlos en aquellos terribles instantes. Tras el bombardeo, se estableció
un “Servicio de Alarma contra peligro de
ataque aéreo”, con guardias y turnos de vigilancia apostados en la propia
torre de la Iglesia, como se deja constancia en el documento que sigue:
La belleza de la Concatedral,
incrementada después de sus sucesivas restauraciones, hace que hoy luzca en
todo su esplendor. Desde el Coro, el órgano barroco de Manuel de la Viña, deja
sonar sus notas creando una atmósfera envolvente que arropa y solemniza los
cultos que en el templo se desarrollan. Las lámparas prendidas de lo más alto
de las bóvedas iluminan el camino que conduce al presbiterio, con sus centenarios blasones y sus laudas
sepulcrales, verdadera historia escrita en piedra.
Coro del templo, tras la restauración,
con el órgano de Manuel de la Viña
Aspecto actual de la Concatedral (Tarjeta Postal emitida en los años 80 del siglo XX)
Filatélicamente, aparece la Torre de Santa María en su perspectiva desde la Cuesta de Aldana, a la que antes nos referíamos, con su viejo campanario, en Entero Postal dedicado a Cáceres, emitido en 1974. También se eligió la silueta de este templo para ilustrar los sobres de la VI Exposición Filatélica de Cáceres, celebrada del 24 al 28 de mayo de 1961 y en donde se utilizó como matasellos conmemorativo la imagen de la llamada "Puerta de los Peregrinos" de la Iglesia de Santiago el Mayor.
En 2011, con motivo de la XVI Exposición Filatélica y Numismática de Cáceres, celebrada para rememorar el 25 aniversario de la declaración de Cáceres como "Patrimonio de la Humanidad" por la UNESCO, se emitió un sello personalizado en el que aparecía una perspectiva de la Iglesia de Santa María (torre) junto al Palacio de los Golfines de Abajo (vistos desde la Plaza de San Jorge). Se realizó también matasellos especial conmemorativo con la misma vista. La Exposición se celebró entre los días 24 al 30 de noviembre efe 2011. Más recientemente, la
Asociación Cultural Filatélica y Numismática Cacereña ha emitido un "Tu
sello" dedicado exclusivamente a la Concatedral, coincidiendo con el XXX Aniversario de
la reaparición procesional de la Hermandad del Cristo Negro, impresionante talla que se
encuentra en dicho templo, y que también ha sido objeto de otro "sello
personalizado" para conmemorar dicha efemérides.
Tarjeta Postal emitida con motivo de la XVI Exposición Filatélica de Cáceres
Sobre en el que figuran los sellos personalizados dedicados a la Concatedral de Santa María y al 30 Aniversario de la Reaparición Procesional de la imagen del Cristo Negro (2016), con matasellos turístico de Cáceres.
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