Todos sabemos que, entre los fines que persigue una administración postal con la emisión de los sellos de correos, está la promoción de la imagen de su país. El sello ha sido siempre un gran embajador que ha mostrado, tanto a los nacionales como a las personas de otros países, todo el acervo cultural y todo aquello que identifica al estado que lo emite. La colección de sellos de cualquier país constituye un compendio de imágenes y mensajes que reflejan su esencia. Quien examine y observe esa colección, aún de modo parcial, tendrá un cabal conocimiento de la esencia del estado emisor: su historia e instituciones, sus personajes famosos, sus paisajes, sus costumbres, su fauna y flora, su arte, etc. Por tanto, las administraciones postales presentan la imagen más digna posible de su país a través de las emisiones de sellos. Para esta importante misión, cada administración postal cuenta con un órgano competente en determinar y decidir qué temas serán objeto de conmemoración en sus sellos. Este cometido se fue haciendo cada vez más complejo hace aproximadamente 100 años, cuando empezó la circulación de lo que llamamos sellos conmemorativos. 

Ciñéndonos a la administración postal española, podemos hacer un repaso de todos los sellos conmemorativos que se han emitido desde que apareció la serie dedicada al Quijote en 1.905. Comprobaremos en ese escrutinio que, con luces y con sombras, en estos 110 años se ha filatelizado casi todo aquello que representa la cultura y la sociedad española, siempre bajo el tamiz de las tendencias políticas de cada gobierno, y bajo la incidencia de la oportunidad y de la moda de cada época. No entraremos ahora en la valoración de las políticas emisoras de los órganos que deciden y que han decidido qué había de ser objeto de conmemoración en nuestros sellos. Sólo haremos un recuento o inventario de aquellos personajes importantes para la historia o para la sociedad española cuya imagen no ha sido aún reproducida en nuestros sellos, sorprendentemente en la mayoría de los casos. En efecto, del mismo modo que algunos personajes o temas han aparecido en los sellos españoles (y seguirán apareciendo) reiteradamente, como Goya, Cervantes, el Cid o Colón, podemos echar de menos a otros, hasta ahora “olvidados” o inéditos. A quien esto escribe se le ocurren los siguientes, a los que seguramente se podrían añadir otros muchos más. 

1/ Personajes históricos:
 
Marco Fabio Quintiliano: Nacido en Calahorra (Logroño) en el año 35, fue el mejor profesor de oratoria y retórica del mundo romano en su tiempo. Su obra más señera es “Institutio Oratoria”, un tratado para la formación de los oradores en doce volúmenes. 

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Teodosio I: Nacido en Coca (Segovia) en 347, si bien también se afirma que pudo nacer en Itálica. Fue emperador romano, el último en gobernar todo el territorio del  imperio romano, antes de su división en las partes de occidente y de oriente, entre sus hijos Honorio y Arcadio.

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Diego Gelmírez: nacido en 1066 en Santiago de Compostela, fue el primer arzobispo de Santiago, impulsor de la construcción de su catedral y de la promoción del Camino de Santiago. Organizó la primera flota naval de Castilla, para defenderse de las invasiones normandas y sarracenas.
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Don Alvaro de Luna, nacido en Cañete (Cuenca) en 1390, fue Condestable de Castilla, Valido del rey Juan II y Maestre de la Orden de Santiago. En su momento acaparó el máximo poder en Castilla. También tiene una obra literaria, y aparece como personaje curiosamente en las obras de varios autores posteriores. 

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Iñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana: nacido en Carrión de los Condes (Palencia) en 1398, personaje de gran importancia en la sociedad de su tiempo como noble guerrero, pero sobre todo como literato: fue un gran humanista y autor de famosas poesías, destacando las “Serranillas”. 

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Juan de Mena, nacido en Córdoba en 1411, fue un poeta de la escuela alegórico – dantesca prerrenacentista, cuya principal obra es “Laberinto de Fortuna”, dedicada al rey Juan II. Es uno de los poetas más famosos de su tiempo junto al Marqués de Santillana. 

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Alonso de Ojeda, nacido en Torrejoncillo del Rey (Cuenca) en 1468, fue navegante, conquistador y gobernador. Acompañó a Colón en su segundo viaje a América, exploró las islas del caribe, y sobre todo Venezuela, territorio al que dio este nombre. Descubrió el lago de Maracaibo y fundó ciudades en ese territorio. 

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Fernando de Rojas, nacido en Talavera de la Reina en 1470, es el autor de la obra esencial de la literatura española “La Celestina”. Hay un sello dedicado a esta novela (Edifil nº 3538), pero ninguno a su autor. 

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Benito Arias Montano, nacido en Fregenal de la Sierra (Badajoz) en 1527, fue un gran humanista, teólogo, escritor políglota y biólogo del s. XVI. Su principal obra fue la “Biblia Regia” o Políglota de Amberes. También fue encargado por Felipe II de la gestión de la biblioteca de El Escorial. 

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Padre Juan de Mariana, nacido en Talavera de la Reina en 1536, fue un jesuita historiador, politólogo y catedrático de teología en la Universidad de París. Escribió una gran historia de España hasta los Reyes Católicos, y textos de teoría política siguiendo la corriente de Erasmo de Rotterdam, relativos al derecho a la resistencia del pueblo ante los tiranos. 

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Juan Martínez Montañés, nacido en Alcalá la Real (Jaen) en 1568, fue un escultor e imaginero de estilo entre el Renacimiento y el Barroco, máximo exponente de la escuela sevillana de imaginería. Trabajó especialmente la madera policromada y el montaje de retablos. 

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Diego de Torres y Villarroel, apodado “el Gran Piscator de Salamanca”, nació en tal ciudad en 1693. Fue un gran genio intelectual: era escritor, poeta, médico, matemático, sacerdote y catedrático de la Universidad de Salamanca, aparte de un afamado vidente de su tiempo, creador de almanaques que vaticinaban acontecimientos futuros. 

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Lorenzo Hervás y Panduro, nacido en Horcajo de Santiago (Cuenca) en 1735, fue un jesuita ilustrado, lingüista, polígrafo y filólogo, padre de la Lingüística Comparada. Escribió tratados de historia, de astronomía y de anatomía. Fue famoso por su catalogación de las lenguas del mundo, por el estudio de las gramáticas de más de 40 de ellas, de la escritura china, o por la implantación de un lenguaje para los sordomudos. 

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José de Mazarredo, nacido en Bilbao en 1745, fue teniente general de la Real Armada Española, y es considerado el mejor marino español del s. XVIII. Potenció la Escuela de Guardiamarinas con sus tratados prácticos e intervino en la elaboración del Atlas Marítimo de España. Combatió en favor de Estados Unidos en su guerra de emancipación contra los ingleses. 

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Federico Gravina, nacido en Palermo (Italia) en 1756, fue capitán general de la Real Armada Española y embajador en París. Combatió contra los ingleses en Menorca y Gibraltar, y llevó el mando de la escuadra española en la batalla de Trafalgar, donde resultó derrotado por la inoperancia del francés Villeneuve, jefe supremo de la flota franco-española.

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General Francisco Javier Castaños, nacido en Madrid en 1758, fue un militar y político español que pasó a héroe nacional en la Guerra de la Independencia, al derrotar al ejército napoleónico en la batalla de Bailén. Presidió el Consejo de la Regencia de España e Indias en 1810.

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Juan Martín, “El Empecinado”, nacido en Castrillo de Duero (Valladolid) en 1775, fue jefe de guerrillas y héroe de la Guerra de Independencia. Su apoyo a la causa liberal durante el reinado de Fernando VII le granjeó un mal final en el patíbulo. 

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José de Palafox, nacido en Zaragoza en 1775, militar famoso por su defensa de Zaragoza contra los franceses en la Guerra de la Independencia, siendo capital general de Aragón. Fue nombrado Duque de Zaragoza por sus méritos militares. 

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Rafael de Riego, nacido en Tuña (Oviedo) en 1784, fue un militar y político liberal. Tomó parte en la Guerra de Independencia, y después apoyó la constitución liberal en 1820. Dirigió el ejército liberal que resistió a los Cien Mil Hijos de San Luis, fue derrotado y ajusticiado por Fernando VII. Da nombre a la famosa “Marcha de Riego”. 

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Mariano José de Larra, “Fígaro”, nacido en Madrid en 1809, fue un escritor romántico, periodista y político. Destacó como gran ensayista y articulista, empleando un tono satírico, con una gran crítica social. Es considerado uno de los puntales del Romanticismo literario español. 

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Casto Méndez Núñez, nacido en Vigo en 1824, fue marino y contraalmirante de la Real Armada Española. Intervino exitosamente en diversos conflictos armados en ultramar (Filipinas, Sudamérida), y se le recuerda por los combates de Valparaiso y el Callao. Con ocasión del primero pronunció la famosa frase “Más vale honra sin barcos que barcos sin honra”. 

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José Echegaray, nacido en Madrid en 1832, es considerado el mayor matemático español del s XIX. Escribió varios tratados de geometría y física, pero su mayor éxito tuvo lugar en el terreno literario, pues obtuvo el Premio Nóbel de 1904 como dramaturgo. También fue Ministro de Hacienda y Fomento en el Gobierno Provisional de Prim. Curiosamente, su efigie aparece en un billete español de 1000 pesetas, pero no en un sello.

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José María de Pereda, nacido en Polanco (Santander) en 1833, fue un novelista de estilo realista, que escribió algunos títulos de la fama de “Peñas Arriba” y “Sotileza”. Fue miembro de la Real Academia Española.

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Segismundo Moret, nacido en Cádiz en 1833, fue un político y catedrático de Hacienda, que desempeñó varias carteras (Ultramar, Hacienda, Gobernación) en gobiernos sucesivos desde Amadeo de Saboya hasta Alfonso XIII, llegando a Presidente del Consejo de Ministros y del Congreso. Abolió la esclavitud en Puerto Rico.

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Julián Gayarre, nacido en Roncal (Navarra) en 1844, fue un tenor de gran éxito en la Europa del s. XIX, siendo considerado el mejor de mundo. Triunfó en ciudades como Milán, Viena, San Petersburgo, París, Londres o Buenos Aires, y por supuesto en Madrid o Barcelona. 

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Antonio Maura, nacido en Palma de Mallorca en 1853, fue un político conservador, presidente del Consejo de Ministros con Alfonso XIII, ministro de Ultramar y de Gracia y Justicia. Intentó la regeneración de la política y la sociedad española, y creó el germen de la actual Seguridad Social. Presidió la Real Academia Española.

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José Canalejas, nacido en El Ferrol en 1854, fue un político liberal regeneracionista, militar, periodista y abogado. Desempeñó varios ministerios del gobierno durante la Regencia de María Cristina (Agricultura, Fomento, Industria y Comercio), llegando a Presidente del Consejo de Ministros y del Congreso de los Diputados en tiempo de Alfonso XIII. Murió asesinado en 1912.

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Julián Besteiro, nacido en Madrid en 1870, fue catedrático y político, Presidente del Congreso de los Diputados durante la II República, así como de las Cortes Constituyentes de ésta. Presidió el PSOE y UGT, siempre manteniendo una línea moderada y conciliadora. Tras la Guerra Civil, murió en prisión.

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Seguro que hay muchos otros personajes históricos que nos quedamos fuera de este artículo. En todo caso, los aquí relacionados no han sido honrados con una emisión filatélica en 110 años, si no tenemos en cuenta posibles emisiones de iniciativa privada en sellos personalizados. Ojalá no tengamos que esperar 110 años más para verlos. 

2/ Personajes populares:
 
Una de las formas de extender el uso de los sellos en la sociedad es inmortalizar en ellos a personajes populares de éxito ya desaparecidos. La administración postal de Estados Unidos ha hecho esto de modo profuso, y tiene hermosas emisiones dedicadas a sus actores, músicos o deportistas. En España se ha hecho de modo, digamos, anecdótico, con algún torero, como Manolete, con algún intérprete musical, como Lola Flores, con algún deportista, como Ricardo Tormo, con algún actor tras su fallecimiento, etc. En todo caso, han sido emisiones muy puntuales. Si se siguiese el ejemplo norteamericano, emitir sellos dedicados a personajes populares fallecidos en series temáticas, y con un valor facial de correo ordinario básico, llegaríamos a un gran éxito en el empleo de sellos por los usuarios del correo, y aumentaría considerablemente el coleccionismo. Para muestra vale un botón: la emisión de 2014 dedicada a Manolo Escobar, Sara Montiel y Alfredo Landa, en un bello formato y en “Pliegos Premium”, fue muy del gusto del público, no sólo coleccionista, sino en general. Imaginemos qué éxito sería si se emitieran diversas series, bien diseñadas y con valor facial “A”, dedicadas a deportistas, cantantes, toreros, o personajes de la televisión y del cine que nos dejaron. En este campo estamos aún lejos de reconquistar al gran público, el cual descubriría con estas emisiones, en gran parte por primera vez, los encantos de la Filatelia y de enviar y recibir una carta con sellos de Correos… con todos los respetos para los actuales sistemas de comunicación que empleamos masivamente, telemáticos y “mágicos”, pero insulsos, metafísicos e incorpóreos. 



Escrito por:
Jesús González Herrera