En una época en la que el correo que conocíamos va poco a poco cediendo su lugar en favor de otras modalidades de comunicación, rescatar el romanticismo de aquella correspondencia de antaño se antoja una saludable experiencia que proporciona emocionantes sensaciones de reencuentro con los valores del pasado, a la vez que supone un indudable rescate de testimonios y elementos de la historia y la cotidianidad de quienes nos precedieron. Todo ello permanece latente en el pequeño universo de una carta, de una tarjeta postal, elementos que sin artificio alguno permiten viajar en el tiempo sin necesidad de movernos de nuestra casa. La escapada de hoy no nos llevará muy lejos en la distancia, pero sí en el calendario. Portugal será el destino elegido, pero el Portugal del siglo XIX y primeros del XX, aproximadamente hasta que tiene lugar el atentado que acabaría con la vida del rey Carlos I y del príncipe heredero, en 1908. 

Carlos I fue el penúltimo rey portugués. Había nacido en 1863, hijo del rey Luis I de Portugal y la princesa María Pía de Saboya, hija de Víctor Manuel II, rey de Italia.  Es recordado Luis I, padre de Carlos, en Cáceres, por su visita a esta ciudad junto al rey Alfonso XII; el 8 de octubre de 1881, para la inauguración de la línea férrea Madrid-Lisboa. Según recuerda Germán Sellers de Paz, en su libro "Cáceres visto por un periodista", una vez en Cáceres, fueron recibidos los monarcas con gran boato, se procedió a la bendición de las máquinas de tren y se les ofreció un Te Deum en la Iglesia de Santa María por parte del Obispo de Coria, siendo luego agasajados en el Ayuntamiento. Los reyes de Portugal, Luis I y su esposa María Pía atravesarían luego la provincia de Cáceres el 23 de abril de 1883, de paso para Madrid, siendo nuevamente recibidos con honores por las autoridades y ciudadanos. Recordaremos a este rey que visitó Cáceres, mediante la siguiente carta, enviada a la localidad cacereña de Arroyo del Puerco (actual Arroyo de la Luz), desde Portalegre, con franqueo de 25 reis, efigie de Luis I, emisión 1870/1880, núm. 0040 (Yvert), en fecha 21 de octubre de 1874. Al dorso lleva matasellos circular de Elvas. 



Fotografía estereoscópica con la imagen de las antiguas locomotoras que prestaban servicio en la línea ferroviaria de Madrid a Portugal 

Continuando en el siglo XIX, y en uno de esos trenes de vapor que estrenaron aquella línea de ferrocarril, que hoy tanto añoramos, llegaremos ahora hasta Lisboa, la capital del entonces reino portugués, hermosísimo estuario del Tajo y ciudad cautivadora donde las haya. Las postales circuladas en el siglo XIX tienen un encanto especial. Las que reproducimos a continuación albergan todos esos ingredientes que el aficionado cartófilo codicia en una pieza de estas características. 



Tarjeta Postal circulada desde Lisboa a Francia, en marzo de 1899. En el anverso, aparece la imagen de la reina Dña. Amelia de Orleans, esposa de Carlos I, así como tres vistas de lugares emblemáticos de la capital portuguesa. Al reverso, matasellos de Lisboa Central, Cuarta Sección, de 13 de marzo de 1899, sobre sello de 25 reis, rojo, con la efigie de Carlos I (correo continental). Matasellos de destino, Sars-Poteries Nord, 16 de marzo de 1899. 



Preciosa estampa de Lisboa desde el estuario del Tajo, con la Plaza del Comercio en primer plano, y el Arco Triunfal da Rua Augusta, la calle más importante de La Baixa. En lo alto, se observa la imagen del castillo de San Jorge. La postal fue remitida desde Lisboa, el 30 de abril de 1898, desde Lisboa Central, Cuarta Sección, con destino Chemnitz (Alemania), y matasellos de destino, 4 de mayo de 1898. El franqueo es de 20 reis, con la efigie del rey Carlos I (correo continental).

El 1 de febrero de 1908, la familia real regresaba desde su palacio de Vila Viçosa, no muy lejos de Badajoz, hasta Lisboa, y ya en la capital, cuando iban de camino al Palacio Real, en la Avenida del Terreiro do Paço, mientras cruzaban la plaza, sufrieron un atentado al ser disparados varios tiros desde la multitud, lo que ocasionó el fallecimiento del monarca y de su heredero, el príncipe Luis Felipe. Aunque herido, sobrevivió su hermano Manuel, quien sería, a la postre, el último rey de Portugal, de la dinastía Braganza Sajonia-Coburgo y Gotha. 



Imagen del palacio ducal de Vila Viçosa, donde la familia real portuguesa solía pasar grandes temporadas. Entrada al recinto, que gestiona la fundación de la Casa de Braganza. 

Cerraremos esta escapada portuguesa adentrándonos en el Portugal interior y abandonando el país por otra de sus ciudades más icónicas. 



Camino de Oporto, alcanzamos la localidad de Torres Vedras, en el distrito de Lisboa, con nombre derivado del latín y que significa "Viejas torres". La postal que antecede es especialmente interesante.  En primer lugar, se ha remitido desde Pangim, en la entonces India Portuguesa, y está escrita en esperanto, el lenguaje universal creado por el Dr. Zamenhof. La vista no coincide pues con su localidad de origen, pero tampoco el destino es portugués, sino español, ya que va dirigida a la estación de ferrocarril de Monistrol, en Barcelona.  En el anverso, una pareja de sellos de Carlos I, emisión colonial, utilizada para el territorio de las Indias Portuguesas, con valor de 2 reis y medio, y al reverso, otros dos sellos, también de las Indias Portuguesas, esta vez de 2 y 3 reis (naranja y azul respectivamente), con la efigie del monarca asesinado, que ya había fallecido cuando se circuló la postal, en diciembre de 1910. 



Finalmente, salimos del país vecino por la preciosa ciudad de Oporto, para hacer las Américas. La postal anterior fue enviada el 29 de marzo de 1909, y recibida en Matanzas (Cuba), ya en abril del mismo año, como consta en el cuño de recepción. En el anverso, sello de 10 reis de Carlos I, color verde (continente). En la imagen, el Puente Luis I, con su gran arco de hierro, que une ambos lados del Duero, Oporto y Vila Nova de Gaia. Nos despedimos pues con el mismo monarca con el que iniciábamos este recorrido.