La composición de problemas (posición compuesta cuya solución consiste en dar mate a las piezas contrarias en un determinado número de jugadas mediante un procedimiento con frecuencia asociado a una idea concreta) se remonta a los orígenes del juego, al Shatranj, datándose los primeros tratados conocidos hacia finales del siglo VIII de nuestra era. Algunos autores consideran que es durante los dos primeros siglos del califato abásida (750-1258) cuando da comienzo la literatura ajedrecística marcando el nacimiento del arte de la composición. Estos textos llamados “mansubat” (“aquello que se ha establecido o dispuesto”) contenían problemas y análisis de finales (posición que se da en la tercera etapa de una partida cuando suelen quedar pocas piezas en el tablero) en los cuales la victoria se obtenía mediante una secuencia de jaques; de manera similar a los actuales, los problemas se representaban con un diagrama encima del cual se indicaba el color del bando vencedor y quien movía en primer lugar, las piezas se representaban por su nombre y se detallaba debajo del diagrama la solución.

También existían otras composiciones llamadas “mikhariq” (literalmente “invención”, “composición”) que eran ejercicios cuasi-matemáticos. El más conocido es el llamado “camino del caballo” cuya resolución consiste en desplazar un caballo por todas y cada una de las casillas del tablero sin repetir ninguna

En el tratado bibliográfico “Kitab al-Fihrist”, (un catálogo en diez tomos de libros de todas las naciones, creencias religiosas y ramas del conocimiento que existían hasta entonces en lengua árabe) escrito en Bagdad por Ibn al-Nadim (935–995), el autor hace una referencia a jugadores que escribieron tratados sobre el juego, siendo los más destacados: Al-Ádlí’s ar-Rumí (800-870), considerado como el mejor jugador de su época autor del tratado “Kitab ash-shatranj” (Libro del ajedrez); Ar-Razi’s, contemporáneo del anterior y de su misma fuerza como jugador, escribió “Latif fi’sh shatranj” (Elegancia en el ajedrez); Abu-Bakr Muhammad Ibn Yahya, conocido como As-Suli (880-946), considerado durante seis siglos como el jugador más destacado, escribió en dos tomos la obra “Kitab ash-shatranj” (Libro del ajedrez) siendo el autor de uno de los problemas de ajedrez más conocidos llamado “mansuba al-jarlya” (el problema de la doncella, o el problema de Dilaram) una posición que se repite en todos los manuscritos posteriores —con algunas variaciones—, incluido el códice de Alfonso X, que lo reproduce hasta cuatro veces (problemas 54, 57, 90 y 100) y en todos los tratados de la Europa medieval.

 La leyenda cuenta que un noble se encontraba jugando al ajedrez con tanta pasión que llegó a apostar a su favorita llamada Dilaram; la partida se fue desarrollando en su contra hasta el punto de tenerla casi perdida en pocas jugadas. En ese momento Dilaram le gritó con desesperación: ¡Sacrifica tus dos torres y sálvame a mí!, indicándole así los movimientos necesarios para dar mate al jugador contrario. 

El problema conocido como “el diamante de As-Suli” era de tal complejidad que el propio autor decía “nadie en la tierra ha sido capaz de resolverlo a menos que haya recibido instrucciones de mí personalmente”. La solución se perdió y no pudo ser resuelto hasta mil años después. Fue en 1986 cuando el Gran Maestro ruso Yuri Averbach pudo hacerlo con la ayuda de programas informáticos.

Otros autores fueron Abul Faraj Muhammad ibn Obaidallah, Al Lajlal, discípulo de As-Suli, que escribió un “Kitab mansubat ash-shatranj” (Libro de los problemas de ajedrez). Abu Ishaq Ibrahim b. Muhammad Salih, autor del “Kitab majmu’ fy mansubat ash-shatranj” (Libro de la colección de los problemas de ajedrez).  

Esta tradición se mantiene con la llegada del ajedrez a Europa y fue recopilada en el “Libro de los juegos, o Libro del ajedrez, dados y tablas”, mandado redactar por el rey Alfonso X hacia 1283. Un códice de 98 folios de pergamino con 150 miniaturas, dividido en siete partes. La primera parte, dedicada al ajedrez, abarca 64 folios el mismo número de casillas que tiene el tablero de juego; es la más grande compilación medieval de juegos departidos, siendo su fuente más importante el tratado de As-Suli. Los 103 problemas que incluye (89 de ellos copiados de tratados de origen árabe), se representan con sus correspondientes miniaturas en las que observamos el tablero colocado verticalmente entre los jugadores/as apareciendo también en algunos de ellos otros acompañantes.

La estructura es la misma que en los mansubat, el planteamiento del problema colocado junto a la miniatura, que hace las veces de diagrama, y después la descripción de la resolución del mismo. 


Cabe destacar que esta obra ha tenido una amplia repercusión en la Filatelia con treinta sellos emitidos por siete países diferentes, reproduciendo 15 de los problemas y miniaturas del códice.



A finales del siglo XV, aparecen en España los primeros tratados de ajedrez moderno cuya característica más importante es el cambio de los movimientos de la pieza de la Dama (la alferza del ajedrez árabe), que se convierte en la más fuerte del tablero. El más relevante es el incunable publicado en el año 1495, en Valencia, por Frances Vicent con el título “Llibre del jochs partits dels schacs en nombre de 100”, “Libro de los juegos y partidas de ajedrez en número de 100”, considerado por algunos historiadores como el primero de estos tratados. Se le conoce como “el incunable perdido”, pues el único ejemplar del que se tenía constancia se conservaba en la biblioteca del Monasterio de Montserrat de donde desapareció en 1811 durante la ocupación francesa en la guerra de la Independencia.

En Salamanca se publica hacia 1497 “Repetición de amores e arte de axedres con CL juegos de partido”, incunable atribuido a Lucena, que se presenta a sí mismo como un estudiante de la Universidad de Salamanca, hijo de un letrado colaborador de la Reyes Católicos. El libro consta de 124 hojas sin numerar, sin fecha de publicación y sin datos del impresor; los 73 primeros folios son un tratado paródico de amores según las tradiciones literarias sentimentales de la época y el resto lo componen un tratado de ajedrez en el que se mezclan de 76 problemas del ajedrez antiguo y 74 del ajedrez que el autor llama “de la dama”; el ajedrez moderno que jugamos hoy en día.

Lucena era un judío converso, lo que quizás motive el tono de la dedicatoria al Príncipe don Juan y sus constantes loas a la religión católica, posiblemente para encubrir su problemático origen hebreo. Se ha escrito mucho sobre quién fue realmente Lucena, si bien ese debate escapa a la finalidad de este artículo.

Se atribuye también a Lucena el llamado “manuscrito de Gotinga”, datado hacia el año 1500. El texto, escrito en latín con una extensión de 33 hojas de pergamino que se conserva en la Universidad de Gotinga, contiene treinta problemas de ajedrez con su diagrama y solución, que se encuentran en “Repetición de amores…”.


 En 1512 se publica en Roma el libro “Questo libro e da imparare giocare a scachi et dele partite” (Este libro enseña a jugar al ajedrez y contiene problemas), firmado por Pedro Damiano, conocido como Damiano Portoghese, personaje del que también han corrido ríos de tinta tratando de explicar quién era. El libro presenta 72 “juegos de partidos” que ya aparecían en el de Lucena, así como 16 composiciones muy sencillas que Damiano llamaba “sutilezas”, seguramente de su propia invención.

A finales del 2006 la Fundación Palazzo Corinini Cronberg de Gorizia (Venecia), anunció el descubrimiento de un tratado de ajedrez atribuido al matemático Luca Pacioli (1445-1517). El manuscrito “Il códice degli scachi” (El libro del ajedrez), contiene en sus 48 páginas 114 problemas, de los cuales 26 pertenecen al ajedrez moderno y los 88 restantes al ajedrez medieval con el dibujo de las piezas de los diagramas en rojo y negro que han sido atribuidos a Leonardo da Vinci, gran amigo de Pacioli. Está datado entre finales del siglo XV y principios del XVI y dedicado a la marquesa de Mantua Isabella d’Este. 

Siguiendo la estela de las publicaciones sobre problemas de ajedrez, llegamos hasta 1836, cuando Louis-Charles Marie de La Bourdonnais funda la revista “Le Palamède”, considerada la primera publicación periódica dedicada íntegramente al ajedrez en el mundo, aunque duró sólo hasta 1839. En ella publicaba Josef Kling (1811-1876), fuerte jugador, compositor de estudios y profesor de música que se ganaba la vida jugando al ajedrez en el Café de la Regence. Kling publicó en 1849 el libro “The Chess Euclid” colección de 200 problemas y —nota curiosa— en el prefacio del libro el autor se definía como “profesor de música”.

 En 1851 publicó junto a Bernhard Horwitz (1808-1885) “Chess Studies, orendings of games – Containing upwards of two hundred scientific examples of chess strategy” (Estudios de ajedrez o finales de partidas, con más de doscientos ejemplos científicos de estrategia ajedrecística). Esta fue la primera publicación donde a los problemas se les denominó “Estudios” (posición compuesta cuyo objetivo es ganar o hacer tablas sin que exista un número de jugadas determinado). Se incluía en este libro una posición conocida como “fortaleza” (el bando más fuerte no podía ganar de ninguna manera, a lo sumo conseguir tablas), en la que las piezas blancas con Rey y dos Alfiles se enfrentaban a las piezas negras con Rey y Caballo. Durante más de cien años permaneció olvidada y finalmente pudo ser resuelta gracias a la ayuda de programas informáticos, obteniendo la victoria el blanco en ¡57 movimientos!, lo que contradice la Norma 9.3.2. de las “Leyes del Ajedrez de la Federación Internacional de Ajedrez” que dictamina “[La partida es tablas, bajo una correcta reclamación del jugador que está en juego, si:] … se hayan completado los últimos 50 movimientos de cada jugador sin movimientos de peón ni capturas”.



Muchos compositores son más conocidos por sus Estudios que por su curriculum como jugadores, como es el caso de Genrikh Kasparyan (1910-1995), varias veces ganador del Campeonato de Ajedrez de Armenia a quien el Servicio Postal de su país le dedicó un sello en 2010 con motivo del centenario de su nacimiento; por otro lado, algunos ajedrecistas famosos también se han dedicado a la composición, entre ellos Adolf Andersen, Emanuel Lasker, Richard Reti, Max Euwe, Paul Keres, Vasili Smyslov, Efim Bojoljubov y otros más.



La Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) a través de la Comisión Permanente para Composiciones de Ajedrez (PCCC) otorga títulos de Gran Maestro, Maestro Internacional y Maestro FIDE (igual que en el caso de jugadores) a compositores y solucionadores de problemas. También existe el título de Juez Internacional de Composiciones de Ajedrez (Book 01. Títulos FIDE). De igual manera se celebra el Campeonato Mundial de Resolución de problemas (anual), el Campeonato Mundial de Composición de problemas (trianual) y el Torneo Mundial de Composición (por equipos).

Bibliografía:
  • Ferrero, Graciela. “Desde El libro del acedrex alfonsí hasta el Ludus scac(h)orum de Jacobo de Cessolis: la circulación de un tópico”. Letras 67-68 (2013). Biblioteca Digital de la Universidad Católica Argentina.
  • Gómez-Ivanov, María Luisa. “Algunas noticias sobre Lucena, hijo de Juan Ramírez de Lucena y autor de Repetición de amores e arte de axedrez: con CL juegos de partido (Salamanca, h. 1497)”. eHumanista: Volumen 5, 2005.
  • Murray, H.J.R. “A history of chess”. Oxford University Press (1913).
  • Pareja Casañas, Felix M. “Libro del ajedrez, de sus problemas y sutilezas de autor árabe desconocido”. Madrid. Imprenta de Estanislao Maestre (1935). Edición facsímil Editorial Maxtor (2007).
  • Shenk, David. “La partida inmortal. Una historia del ajedrez”. Turner Publicaciones (2006). 


Escrito por: 
José Manuel Lagarejos