La sección de numismática del último número de Norba Filatélica lo dedicamos a las emisiones monetarias de Cayo Norbano Flaco, el fundador de la Colonia Norba Caesarina. La ilustración que encabezaba dicho artículo muestra una lápida votiva con la siguiente inscripción latina: “CORNELIO / BALBO IMP / NORB CAESA / PATRONO”. Se trata de un elogio a Lucio Cornelio Balbo dedicado por los colonos de Norba cuya traducción sería: “el fundador de la La Colonia Norbense Cesarina a su patrono el Imperator Lucio Cornelio Balbo”. La inscripción de esta lápida nos hace plantearnos, a priori, dos cuestiones: quién era este Lucio Cornelio Balbo y qué significaba ser patrono de una colonia romana. Con este artículo procuraremos responder a ambas preguntas ofreciendo además algunas muestras monetarias relacionadas con los protagonistas.

Debemos comenzar señalando que el nombre Lucio Cornelio Balbo designaba a dos importantes personajes hispanos (tío y sobrino) originarios de Cádiz que desarrollaron su vida pública a lo largo del siglo I antes de Cristo y que tuvieron relación con la fundación y primeros años de Norba Caesarina.

Lucio Cornelio Balbo “El Mayor” nació en Gades en el año 97 a.C., y formaba parte de una poderosa familia de origen fenicio que adquirió riquezas debido a su actividad relacionada con el comercio marítimo. Luchó del lado de Pompeyo y Metelo en las Guerras Sertorianas (80-71 a.C.). Obtuvo la ciudadanía romana en el año 76, adoptando el gentilicio de los entonces cónsules Lucio y Cornelio.

Es muy posible que en el trascurso de la guerra realizara contactos personales y mercantiles en los territorios de la Lusitana, en los que se encontraba enmarcada la actual Extremadura. De hecho se considera probable que Balbo fuera propietario de una importante explotación minera de hierro situada en los alrededores de Aliseda, e incluso podría estar relacionado con la fundación de Norba Caesarina. En todo caso, el mayor de los Balbos sería quien pusiera los cimientos de lo que sería la futura vinculación de su sobrino con Norba.

Fue amigo y consejero de Julio César, cuando éste ejerció como cuestor en la Bética en el año 69 a.C. En el 61 lo nombra oficial de su plana mayor y posteriormente acompañará al dictador a la Galia como ministro de hacienda.

Tras la batalla de Munda (45 a.C.) Balbo conseguirá que su amigo otorgue la ciudadanía romana a todos los habitantes de Gades. A la muerte de César apoyó al triunviro Octavio frente a Marco Antonio. Como culminación de una carrera de servicios a la República será honrado con el consulado en el 40 a.C., siendo el primer no itálico en conseguirlo. A partir de entonces se dedicó a favorecer la carrera política de su sobrino. Hacia el año 30 a.C. dejan de aparecer referencias suyas en las fuentes documentales, ignorándose la fecha exacta de su muerte.


Lucio Cornelio Balbo “El Menor” o “El Joven” para diferenciarlo del precedente, nació en el año 80 a.C. también en Gades. Luchó en las campañas de César en Egipto, Oriente, África e Hispania, siendo recompensado con la cuestura de la Hispania Ulterior en el año 44 a.C. También será nombrado senador y procónsul de África donde obtendrá una importante victoria sobre la tribu de los garamantes, conquistando su capital Gamara. Por dicha hazaña se le otorgó el Triunfo en Roma, el 27 de marzo del 19 a.C., siendo el primer general no nacido en la península italiana en obtener esta distinción. Tal dignidad se encuentra reflejada en la placa de los “fasti triumphales”, donde se hallan inscritos los triunfos que fueron otorgados por el Senado Romano a los cerca de doscientos generales, desde el triunfo de Rómulo sobre los caeninenses en el 752 a.C. hasta el obtenido por Lucio Cornelio Balbo en África, en el año 19 a.C.

Posteriormente se dedicó a la labor benefactora tanto en Roma como en su Gades natal, en esta última realizó notables obras de ensanche de la ciudad y de su puerto. Es muy posible que sus últimos años de vida los pasase en sus propiedades de la Lusitania, y concretamente en Norba donde había casado a una de sus hijas, Cornelia, con Cayo Norbano, el hijo del fundador de la colonia, el cual acabaría siendo cónsul ordinario en 24 a.C. También sus nietos Cayo Norbano Flaco y Lucio Norbano Balbo alcanzarían el consulado, respectivamente, en 15 y 19 d.C.

Tampoco se tiene constancia de la fecha del fallecimiento de Balbo el Menor, aunque se calcula que podría ser en los años cercanos al inicio de la era Cristiana.

Según la tesis más probable la lápida reseñada al principio de este artículo iría dedicada a Lucio Cornelio Balbo el Menor, dado que alude directamente a su título de “imperator” que le fue otorgado por su victoria frente a los garamantes y el Triunfo que logró en Roma en 19 a.C. No consta, sin embargo, que su tío hubiera recibido el imperium, por no haberse encontrado acciones que pudieran haberle hecho merecedor de tal concesión. Hay que entender el vocablo “imperator” como aquel general que ostentaba el poder de mando militar durante las campañas militares o en las provincias conquistadas.

En lo que respecta a su condición de patrono hay que decir que por aquellos tiempos y como mecanismo colonizador, Roma adjudicaba cada cinco años a la llamada Sociedad de Publicanos el cobro de impuestos o la explotación de monopolios estatales o de obras públicas en las provincias. Esta sociedad enviaba allí a sus representantes que, frecuentemente, explotaban a los indígenas, cometiendo toda clase de abusos, en muchas ocasiones con la permisividad de los propios gobernadores, quienes solían recibir una parte del beneficio obtenido por mirar para otro lado.

Atendiendo a las quejas de los habitantes de Hispania, el Senado de Roma les aconsejó que eligieran patronos provinciales de su confianza para que controlaran los excesos de los publicanos y de las autoridades romanas. Julio César daría un paso más instituyendo la modalidad de patronos de colonias y ciudades. Este fue el caso de la ciudad de Gades o de la colonia Norba Caesariana, los cuales eligieron como patronos a Balbo el Mayor y Balbo el Menor respectivamente, ya que ambos personajes tenían influencia y contaban con vínculos de parentesco, económicos o afectivos con dichas comunidades. Es muy posible que Balbo el Menor no asumiera las funciones de protector de la colonia hasta la muerte del fundador, que habría sido declarado protector perpetuo.

Este tipo de protectorado sobre ciudades le reportaba al patrono un enorme prestigio social, y no pocos beneficios económicos, ya que, con el paso del tiempo es muy posible que algunos de ellos acabaran asumiendo la gestión de diferentes actividades económicas en detrimento de las sociedades de publicanos. La institución del Patronato acabó corrompiéndose en tiempos del Imperio, cayendo en los mismos desmanes y abusos de aquellas instituciones contra quien fueron creadas.

Una de las incógnitas que rodean a estos dos personajes es la etimología del apelativo “Balbo”. El cognomen, que formaba parte junto al praenomen y nomen de la llamada “Tria nomina”, especificaba la rama de la familia a la que se pertenecía, o, en algunos casos, era el apodo de un individuo en particular. Existen dos teorías acerca del significado del vocablo Balbo:

La primera lo vincula a un origen púnico, relacionado con el dios fenicio Baal, divinidad de la que evolucionará el Hércules griego que se adoraba, por ejemplo, en el templo de Gades, donde era culto principal. También podría tener un origen toponímico, ya que cerca de Cartago existía una montaña llamada Balbus. En ambos casos hablaríamos de una ascendencia fenicia del nombre.


La segunda posibilidad encontraría su origen en un mote o defecto de Balbo el Mayor, ya que balbutio en latín significa “tartamudear”, y balbus “el tartamudo”; estando así relacionado con otros cognomias romanos muy frecuentes. En nuestro caso podría hacer referencia a algún defecto de pronunciación propio del personaje o en general de la región de la Bética, como así se apunta veladamente en una carta de Cicerón a Papirio Peto referida a Balbo el Mayor: “no prefieras más a los que pronuncian con deficiencias que a los que hablan bien”.

Lo cierto es que este cognomen estuvo extendido por todo el Imperio, apareciendo en las gens Antonia, Atia, Acilia, Naevia o Thoria. Muchas de estas familias dieron diferentes cónsules monetarios en distintas épocas de la República Romana, los cuales no guardan ninguna relación familiar con nuestros Balbos ni vínculos aparentes con Hispania:

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Una vez contextualizados históricamente nuestros protagonistas, para finalizar, pasaremos a estudiar las emisiones monetarias relacionadas directamente con ellos.

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Denario de plata acuñado en una ceca militar itinerante (41 a.C.) por el triunviro Cayo Julio Cesar Octaviano.

Referencias: Crawford 518/1 / Sydenham 1325a.

Anverso: Cabeza desnuda del Octavio a la derecha. Leyenda: C·CAESAR·III·VIR·R·P·C [Caivs Caesar Trivn viri Rei Publicae Constituendae]. Cayo César Triunviro con autoridad consular en la organización de la República.

Reverso: Maza a la izquierda. Leyenda: BALBVS PRO·PR [Balbvs Pro Paetor]. Propretor Balbo.

Significado: La moneda acuñada durante el segundo Triunvirato de Octavio, Marco Antonio y Lépido (43 a.C. -38 a.C.), refleja en su reverso la maza, que fue el arma más característica de Hércules, tallada por él mismo durante su primer trabajo (la caza del león de Nemea), como alusión al Dios principal de Gades. En 41 a.C. Balbo ejercía como propretor, accediendo al consulado el año siguiente.

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Denario de plata acuñado en una ceca militar itinerante (41 a.C.) por el triunviro Cayo Julio Cesar Octaviano.

Referencias: Crawford 518/2 / Sydenham 1317.

Anverso: Cabeza desnuda del Octavio a la derecha. Leyenda: C·CAESAR·III·VIR·R·P·C [Caivs Caesar Trivn viri Rei Publicae Constituendae]. Cayo César Triunviro con autoridad consular en la organización de la República.

Reverso: Estatua ecuestre al galope a la izquierda. Leyenda: POPVL·IVSSV (Por orden del pueblo romano).

Significado: Se considera esta moneda pareja de la anterior, aunque no contiene alusiones directas a Cornelio Balbo. Reproduce la estatua en honor de Octavio en Roma, levantada tras la victoria sobre Bruto y Casio, los asesinos de César.

Medallon
Medallón o dupondio de bronce acuñado en Gades (8 a.C – 4 d.C.) en honor de Lucio Cornelio Balbo “el Menor”.

Referencias: Vives, 1926: lám. LXXV; Guadan, 1961: 67; Alfaro, 1988: 154.

Anverso: Cabeza de Hércules/Melkart a la izquierda, cubierta con piel de león, clava (maza) sobre el hombro izquierdo.

Reverso: Simbolos Pontificales: cuchillo de hoja ancha llamado secespia, símpulo o vaso de libaciones y hacha, también llamada sacena. Leyenda: PONT BALBVS [Pontifex Balbus]. Balbo Pontífice.

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Hemidracma púnica de Gadir.
 Último tercio del siglo III a.C. 

Significado: Esta moneda alude al Pontificado de L. C. Balbo el Joven en el 19 a.C. Pudo haber sido acuñada por Augusto entre el 8 a.C. y el 4 d.C., una vez hubiera muerto Cornelio Balbo, como homenaje póstumo y conmemorativo de su pontificado. Formaría parte de una serie con el mismo anverso formada por 4 monedas acuñadas en Gades que incluirían a Augusto, Tiberio y Agripa. El golpe de cizalla, en forma de raya, que se aprecia en el anverso es prueba de su rápida desmonetización. La imagen del anverso se encuentra claramente inspirada en las monedas púnicas de Gadir con la representación del Hércules Gaditano acuñadas en el siglo III a.C.

Confiamos en que los lectores hayan disfrutado con esta aproximación numismática a la biografía de los Balbos, personajes estrechamente relacionados con la fundación y primeros años de nuestra Norba Caesarina.


Escrito por:
David González Corchado

BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES CONSULTADAS.
  •  RODRÍGUEZ NEILA, Juan Francisco.- Confidentes de César. Los Balbos de Cádiz, Madrid, 1996, Sílex ediciones.
  • · GRUEBER, H. A.- Coins of the Roman Republic in the British Museum. London, 1910, Vol. II, pgs. 83, 407